Bueno el domingo pasado como cada domingo fui a casa de mi abuela para pasar el día en familia, entonces mis primas pequeñas estaban en el dormitorio jugando, asíque fui a ver que hacían. Estaban sacando todo de los cajones de mi abuela. Entonces me llamo la atención una pequeña caja de cartón, la cogí y mire que tenía.
Tenía varios botones de diferentes tamaños y colores. La curiosidad me picó y le pregunte a mi abuela que por qué guardaba esos botones, entonces ella me dijo que tenía mucho valor para ella, esos botones eran de algunas comisas y faldas que le hacía su madre a ella cuando era pequeña.
Mi abuela empozo a recordar su infacia y quiso contarme su vida y la de su familia.
Mi abuela siempre ha vivido en el cortijo de los Coveñas. Su padre vivía ahí desde pequeño, porque en tiempos de guerra, sus hermanos Mateo y Manuel iban a ser fusilado en Madrid, pero entonces su padre como conocía a Don Coveña le hablo para que salvara a sus hijos del fusilamiento. Y este los salvo a cambio de que trabajaran para ellos. De esta manera mi bisabuelo y sus dos hermanos vivieron trabajando hasta su muerte en el cortijo.
Pero después de mi bisabuelo quedaron mi abuela y sus ocho hermanos que desde pequeños no fueron a la escuela para trabajar y ayudar a la familia. Con el paso del tiempo los hermanos de mi abuela se fueron mudando a San José del Valle, todos menos mi abuela que aún sigue sirviéndole a la familia Coveñas y ya también trabaja para ellos mi padre. De manera podemos decir que la vida de mi abuela se reduce a trabajar siempre para los Coveñas, desde su abuelo, su padre, ella y hoy en día también su hijo, mi padre.
Tras escuchar a mi abuela le pedí que me regalase uno de los botones, para recordar siempre como fue la infancia de mi abuela, que aunque la vivió en el mismo lugar que la he vivido yo, en el cortijo de los Coveñas, son muy diferentes. Desde ese día guardo este botón con todo mi respeto a mi abuela.
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